Para comprender la arquitectura alpujarreña resulta interesante dar un paseo por el patrimonio de Trevélez y por la historia que a lo largo de los años ha ido dando forma a este municipio repleto de casas blancas y tejados planos.
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Un poco de historia sobre la arquitectura alpujarreña
Trevélez, cuyo origen romano se sugiere a través de su nombre derivado del término latino «inter-valles» y restos arqueológicos que datan del siglo III, se transforma significativamente con la llegada de los árabes.
Este periodo marca la configuración actual del municipio, con un sistema de regadío perfeccionado por los árabes que ha dejado una huella perdurable en el paisaje, caracterizado por cultivos en terrazas y la división del núcleo de población en tres barrios.
Durante la Guerra de Conquista del Reino de Granada (1482-1492), aunque los ejércitos cristianos avanzaron en la Alpujarra, el pueblo de Trevélez apenas se vio afectado. La población musulmana resistió hasta el año 1500, cuando los Reyes Católicos, rompiendo las capitulaciones de Santa Fe, obligaron a la población a bautizarse. Surgieron los moriscos, musulmanes aparentemente convertidos al cristianismo pero que practicaban su antigua religión en secreto.
La tensión llevó a la cruenta Guerra de Rebelión de los Moriscos (1568-1572), durante la cual muchos moriscos de Trevélez se convirtieron en bandoleros contra las tropas cristianas.
Después de la derrota de los moriscos, Felipe II decidió expulsarlos del Reino de Granada. Para evitar la despoblación de Trevélez, se buscó a nuevos habitantes, atrayendo a personas del Norte de la Península, Murcia, Castilla, y otros lugares. El siglo XVII marcó la consolidación de la repoblación, con una vida pacífica y aislada.
Una puerta hacia Sierra Nevada
A finales del siglo XVIII, exploradores y viajeros comenzaron a visitar Sierra Nevada, utilizando Trevélez como punto de partida. En el siglo XIX, los viajeros románticos, especialmente los ingleses, contribuyeron a crear una imagen bucólica e idílica de la región, tejiendo historias de moriscos, leyendas y mitos que aún persisten en la actualidad. A lo largo de los siglos, la arquitectura de Trevélez ha sido testigo de estas transformaciones, reflejando la diversidad de influencias culturales y la historia rica y compleja de este encantador municipio.
Patrimonio de Trevélez
Del patrimonio histórico destacar la Iglesia Parroquial de San Benito, una Iglesia del siglo XVIII, reformada tras la Guerra Civil, en la que su interior pueden verse imágenes de gran valor. Así como la Ermita de San Antonio y de la Virgen de las Nieves, situada en el Barrio Medio, y en la que se encuentran las imágenes de La Virgen de las Nieves y de San Antonio.
Aunque sin duda, el mayor ejemplo de arte y arquitectura alpujarreña es el conjunto de construcciones típicas, casas, chimeneas de sombrero, fuentes, plazas y lavaderos, que conforman el conjunto urbano y que también encontramos en otros pueblos de la zona como Órgiva, Capileria, Bubión o Soportujar.
La arquitectura de Trevélez
La arquitectura alpujarreña popular emerge como uno de los elementos culturales más distintivos de esta región, configurando un paisaje inigualable.
Se sugiere que la raíz de la arquitectura alpujarreña proviene de las tribus bereberes que históricamente habitaron la región, encontrándose casas similares en el Rif marroquí y otros lugares del Mediterráneo. Aunque algunos autores indican que el origen podría remontarse al Neolítico, lo esencial de esta arquitectura radica en la construcción con materiales locales, preferiblemente suministrados gratuitamente por la naturaleza. Esta práctica vincula la arquitectura alpujarreña con la sostenibilidad y la adaptación al entorno, en entornos muy montañosos.
Y es que el urbanismo de la Alpujarra se adapta a su geografía montañosa, presentando pueblos dispuestos en escalera y orientados al Sur para aprovechar el clima mediterráneo. La mayoría de los pueblos están encalados hoy en día, aunque en el pasado se camuflaban con el entorno utilizando materiales locales.
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